Si hay algo que está demostrando el Coronavirus es que tu casa, tu espacio, tu hogar, es el lugar más importante que tenés para mantenerte seguro y cuidar a tu familia y a todos nosotros.
Siempre te lo hemos expresado, de una u otra forma, insistiendo con nuestros mensajes, emprendimientos y testimonios. Ya no quedan dudas, tu casa es el mejor refugio, el único real.
Seguro me vas a decir que ya lo sabías, que la casa propia es una inversión que te ofrece verdadera tranquilidad, que te permite ahorrar dinero y asegurarte un techo, más allá de esta situación. Estamos de acuerdo, pero ahora esta realidad que nos toca atravesar nos exige mucho más, y ratifica de una manera inesperada y absoluta que nuestra casa es el único lugar que puede proveernos una vida saludable y a salvo.
Todos hemos entendido que el aislamiento no es “obligatorio sino “necesario”, es la única forma de garantizar el control sanitario de la pandemia. El mundo está cambiando, poniendo a la vivienda propia entre las principales prioridades, mucho más que una jubilación y casi igual que una obra social.
Prepararse para el mundo que se viene exige entender esto, hoy más que nunca. Tu casa propia es un desafío que no debés abandonar, no se trata sólo de una opción o posibilidad, se trata de concretarla, de realizar el esfuerzo y no desconcentrarse, no desistir. Cuando la tengas y te mudes podrás armarla a tu manera, con todo lo que necesites para estar bien y feliz junto a los tuyos, ahorrando alquileres y dejando de depender de otros a quienes muchas veces no conoces realmente.
Nos elegiste para que te acompañemos en el camino, para ser tus socios en este desafío. Estamos acá para ayudarte, para ofrecerte soluciones y que puedas avanzar paso a paso. Tenés todos nuestros medios digitales y telefónicos para llamarnos y contarnos tu situación, para que aceleres el plan o puedas simplemente mantenerte al día, con tus cuotas a la medida de tu realidad actual. Llamanos, no cambies de rumbo sin conversar antes con nosotros.
Finalmente, sólo recuerda esta enseñanza de nuestros abuelos, ellos sí que saben de qué se trata la vida: “todo llega, vos también vas a llegar”.